MEDICION DEL TEMPERAMENTO DE UN CACHORRO

El ritmo cardíaco como medida del temperamento

por Sergio Grodsinsky, 1997



El aporte de nuevos estudios y la modificación de los criterios de valuación del tradicional “TEST DE CAMPBELL” posibilitan conocer con mayor exactitud las tendencias caracteriales de los cachorros y su posible desarrollo posterior.

Una inquietud común a los criadores y a los aficionados en general es la posibilidad de predeterminar las cualidades naturales de los cachorros con el fin de poder seleccionar aquellos ejemplares más aptos para las distintas actividades o ambientes para los cuales serán destinados.

Ahora bien, la objeción hacia el Test de Campbell -uno de los más difundidos- radica en la falta de datos concretos del carácter de los perros adultos, que validen el pronóstico realizado en la etapa de cachorros, y la gran variación de resultados al efectuar la prueba, ya que en un mismo perro, de repetir el test, suele dar resultados totalmente diferentes.

Indudablemente, el conocer de la habilidad o incapacidad de los perros para responder con confianza a estímulos nuevos facilita el manejo y la futura instrucción. No es lo mismo canalizar los impulsos naturales que reprimirlos. También hay que tener en cuenta que sí bien existe una tendencia de origen genético hacia determinadas conductas el ambiente puede influir profundamente en el desarrollo del temperamento.

Así mismo, la naturaleza protectora inherente a la estructura de la lechigada dificulta la detección de estilos de conducta por simple observación.

En un intento de proveer una prueba que prediga el tipo de conducta ansioso o seguro de los cachorros, un equipo investigador, bajo la guía del Dr. William Boyer, en el Departamento de Psicología de la Universidad de Colorado, U.S.A. (CSU) condujo un estudio de 20 crías: un total de 125 cachorros entre las edades de 7 a 12 semanas, 67 machos y 58 hembras con 12 razas representadas.

El equipo modificó el test de Campbell añadiendo nuevas pruebas, cambiando el sistema de puntuación, y como dato único y relevante se midió el ritmo cardíaco de los ejemplares. Mientras una persona observó las reacciones de los perritos y las registró, otra tomó el pulso de los cachorros inmediatamente después de seis de los ocho subtests, (el ritmo cardíaco no fue medido luego de la prueba uno y dos porque al requerir que los ejemplares corran, éste se eleva naturalmente).

Los cambios en el ritmo cardíaco están asociados con respuestas emocionales y parecen ser un buen índice del estilo individual del temperamento. Cuando una persona está nerviosa o con miedo el pulso aumenta; los estudios realizados a humanos y animales demostraron que la permanencia de ritmos elevados luego de eventos de tensión indican tendencias hacia un tipo de temperamento ansioso. El estudio del (CSU) demostró que la mayoría de los cachorros regresaron al nivel correspondiente al pulso normal dentro de los 36 segundos inmediatos a los eventos de tensión. En tanto, los cachorros testeados como ansiosos demoraron un minuto o más para recuperar el ritmo basal. Las tasas altas y prolongadas indicaron que corresponden a cachorros del tipo ansioso con dificultades para soportar cambios en el entorno. Las tasas elevadas, pero de corta duración, sugirieron un temperamento del tipo seguro y habilidad para adaptarse a modificaciones del ambiente

La calificación de la prueba

La prueba consistió en ocho subtests, cada uno contemplaba la posibilidad de describir seis tipos de reacciones asignándoles de 1 a 6 puntos según variaran de seguras a ansiosas. Las calificaciones totales oscilaron desde 8 a 48 puntos, correspondiendo las más bajas a los cachorros determinados como seguros y las más altas a los ansiosos.

Dos personas estuvieron asignadas a cada ejemplar, previo acuerdo del criterio de evaluación para elegir la puntuación más apropiada al comportamiento descripto. Por ejemplo, en la prueba de Atracción Social el examinador debería puntuar con 6 a un cachorro que no acudiese al llamado, y por lo tanto indicar una conducta de ansiedad, pero a veces algún perro no acudió hacia el llamador por instancias no de ansiedad o miedo, sino por eventos tales como ruidos o rastros en el piso; hubo que discutir sí la reacción fue indicativa de ansiedad o de equilibrio y curiosidad.

Los cachorros calificados con puntuación alta e identificados con temperamento ansioso/temeroso, también exhibieron períodos más largos para la recuperación del pulso normal. Por ejemplo, un cachorro puntuado con 44 en la prueba y calificado de ansioso, tardo 1,5 minutos para recuperar el ritmo cardíaco normal. Otro cachorro identificado como seguro y puntuado con 22 durante el test, demoró 18 segundos para volver al pulso normal. La mayoría de los cachorros identificados como equilibrados y seguros regresaron al nivel de ritmo cardíaco normal dentro de los 36 segundos.

La comparación entre crías fue realizada de la siguiente manera: se sumó las puntuaciones individuales y se sacó un valor promedio, los cachorros con puntuación individual por encima del promedio se consideraron sospechosos de comportamientos de ansiedad. Hasta en las crías de la misma raza la puntuación promedio varió en algún grado; esto, en parte, puede explicarse por las condiciones ambientales de las camadas, en ciertos casos estuvieron mantenidas en áreas aisladas tal como cuartos separados de la parte principal de la casa, en tanto en otros integraron el grupo familiar. Sin embargo, independientemente de las diferentes condiciones del medio, variaciones entre individuos fueron evidentes en la mayoría de las crías.

 


 

web

Confirmando resultados

Para determinar el valor de la prueba como método de predicción de tipo de temperamento, los propietarios de los cachorros fueron consultados a la edad de 6 meses y de 1 año de los ejemplares para que calificaran a su perro en una escala variable de seguro/equilibrado a ansioso/temeroso. Incluida con la escala fue un número de preguntas donde se describía circunstancias específicas y una lista de reacciones posibles que su cachorro pudo haber mostrado en esas situaciones, tal como el encuentro con extraños, la reacción ante tormentas, la respuesta a los retos, etc.

En conjunto, las clasificaciones realizadas por los propietarios fueron coincidentes con la prueba de predicción de temperamento y de ritmo cardíaco. Es importante destacar que los dueños no conocieron los resultados de los tests hasta después de haber clasificado ellos mismos a sus cachorros. El test de temperamento combinado con la medición del pulso resultó una buena predicción del tipo de carácter para la mayoría de los perros estudiados por el (CSU). Si bien no hubo cambios significativos en el temperamento de los cachorros a los 6 meses y al año de edad (ningún cachorro predeterminado como seguro pasó a ser ansiosos y viceversa), un número de veinte propietarios evaluaron a sus perros un punto más alto o más bajo que en la prueba del (CSU). Esto pudo ser efecto de la socialización y/o clases de adiestramiento, los ejemplares que recibieron algún tipo de instrucción mejoraron la puntuación, en tanto que los no instruidos mantuvieron la clasificación o la bajaron ligeramente. Los cambios en estos veinte perros sugieren que independientemente de las características innatas del cachorro, una correcta socialización y el aporte de la instrucción puede ser necesario para mantener o mejorar el temperamento. Los perros que tuvieron buena calificación en la prueba del (CSU), pero mostraron una recuperación del ritmo cardíaco ligeramente lenta, fueron clasificados como integrantes de un área dudosa y son los candidatos para una buena intervención por parte del humano, pues -depende de su entorno- están en peligro de desarrollar un temperamento del tipo ansioso.

Sexo y temperamento

La prueba no mostró diferencias significativas entre las calificaciones de hembras y machos. Aunque muchos expertos cinólogos sostienen que hay tales diferencias respecto a la seguridad y dominancia, este estudio no lo pudo corroborar. Una explicación plausible puede ser la propia metodología del test, pues utiliza pruebas que reflejan el comportamiento del perro mientras interactúa con humanos y el entorno. En tanto, para determinar la dominancia es necesario pruebas que reflejen la interacción entre perros. Por ejemplo, antiguos estudios contemplaban que el examinador diera un hueso a los cachorros, el ejemplar evaluado como dominante es el que termina con el hueso al cabo de la evaluación.

En suma, esta prueba de temperamento más la medición del ritmo cardíaco de los cachorros puede resultar una importante herramienta para los criadores; aunque no le dirá qué ejemplar será el “campeón” de obediencia, el mejor perro de caza o de exposición podrá dar parámetros que determinen el tipo de manejo o entrenamiento adecuado más efectivo para cada caso en particular.

LA PRUEBA

Test de atracción social

Se coloca al cachorro en el centro del recinto y en silencio el examinador se aleja de él, se arrodilla y bate palmas suavemente para llamar su atención.

Los resultados posibles son:

  1. viene rápidamente, con la cola en alto y mordisquea las manos: 1 punto.
  2. viene rápidamente, con la cola en alto y lame las manos: 2 puntos.
  3. viene rápidamente, con la cola en alto: 3 puntos.
  4. viene rápidamente, con la cola baja: 4 puntos.
  5. viene lentamente, con la cola baja: 5 puntos.
  6. no viene en absoluto: 6 puntos.

Test de seguimiento del amo

El examinador, de pie junto al cachorro, comienza a caminar asegurándose de que éste sé de cuenta.

Los resultados posibles son:

  1. lo sigue rápidamente, con la cola en alto y le mordisquea los talones: 1 punto.
  2. los sigue rápidamente, con la cola en alto: 2 puntos.
  3. lo sigue rápidamente, con la cola baja: 3 puntos.
  4. lo sigue lentamente, con la cola baja: 4 puntos.
  5. lo sigue titubeando, con la cola entre las patas: 5 puntos.
  6. f) se aleja en sentido contrario: 6 puntos

Test de obligación

Se coloca al cachorro panza arriba y se lo mantiene en el piso durante unos 30 segundos con una mano en su pecho.

Los resultados posibles son:

  1. que luche por zafar, manteniendo contacto ocular con el examinador, se agite y muerda:1 punto.
  2. que luche vigorosamente, mantiene contacto ocular: 2 puntos.
  3. apenas luche, mantenga la vista hacia el examinador: 3 puntos.
  4. que se debata y se quede quieto, mantenga la mirada: 4 puntos.
  5. se quede quieto, lama las manos: 5 puntos.
  6. se quede quieto, esquive la mirada: 6 puntos.

 


 

Test de dominación social

De rodillas junto al cachorro el examinador le palmea suavemente la cabeza y le acaricia el lomo hacia la cola, y en sentido inverso, ida y vuelta durante 30 segundos.

Los resultados posibles son:

  1. que salte, patalee, gruña y muerda: 1 punto.
  2. que salte y golpee con las patas: 2 puntos.
  3. que se retuerza y lama las manos: 3 puntos.
  4. que tolere las caricias sin resistencia: 4 puntos.
  5. que se ponga panza arriba: 5 puntos.
  6. que se aleje y no regrese: 6 puntos.

Test de dignidad

El examinador toma al cachorro y lo alza unos centímetros de modo tal que sus patas queden colgando durante 30 segundos.

Los resultados posibles son:

  1. que se debata enérgicamente, gruña y muerda: 1 punto.
  2. que luche enérgicamente: 2 puntos.
  3. que luche y se relaje: 3 puntos.
  4. que se agite, se calme y lama las manos: 4 puntos.
  5. que no se mueva y lama las manos: 5 puntos.
  6. que se quede inmóvil: 6 puntos.

Test de sensibilidad al dolor

El examinador con un trozo de tela realiza un torniquete colocándolo en la pata del cachorro. Con un lápiz insertado dentro del torniquete va dando vueltas hasta que quede adaptado al contorno de la pata. Luego va torciendo de a mitad de vueltas hasta que el cachorro gime y/o muerde.

Los resultados posibles son:

  1. gime o muerde a las dos vueltas y media -o más- del torniquete: 1 punto.
  2. gime o muerde a las dos vueltas del torniquete: 2 puntos.
  3. gime o muerde a una vuelta y media del torniquete: 3 puntos.
  4. gime o muerde a una vuelta del torniquete: 4 puntos.
  5. gime o muerde a la media vuelta del torniquete: 5 puntos.
  6. gime o muerde cuando se coloca el torniquete: 6 puntos.

Test de sensibilidad sonora

El examinador sitúa al cachorro en el centro del área de prueba y un colaborador, que se encuentra oculto, hace explotar una bolsita de nylon.

Los resultados posibles son:

  1. Oye, localiza la fuente del sonido, avanza ladrando: 1 punto.
  2. Oye, localiza la fuente del sonido, ladra: 2 puntos.
  3. Oye, localiza la fuente del sonido: 3 puntos.
  4. Oye, permanece quieto con la cola baja: 4 puntos.
  5. Retrocede, con la piel erizada: 5 puntos.
  6. No realiza ninguna reacción, se queda congelado: 6 puntos.

Test de sensibilidad visual

El examinador sitúa al cachorro en el centro del área de prueba. Se le hace notar la presencia de una peluca o un trozo de piel -colocado previamente y atado con un hilo-, cuando el perrito ve el objeto un colaborador oculto tira del hilo para simular que éste se mueve por sí mismo.

Los resultados posibles son:

  1. Lo observa, lo ataca y lo muerde: 1 punto.
  2. Lo observa, con la cola en alto, ladra: 2 puntos.
  3. mira curiosamente, intenta investigar: 3 puntos.
  4. mira con curiosidad, investiga, retrocede: 4 puntos.
  5. mira, ladra, retrocede: 5 puntos.
  6. mira, huye, trata de esconderse: 6 puntos.

CALIFICACIÓN

  • De 8 a 14 puntos: seguro/agresivo.
  • De 15 a 22 puntos: seguro.
  • De 23 a 32 puntos: equilibrado.
  • De 33 a 40 puntos: ansioso.
  • De 41 a 48 puntos: ansioso/temeroso.

En cuanto al ritmo cardíaco se toma en forma manual, situando el examinador una mano en la cavidad torácica del cachorro mientras un ayudante anota y cronometra informando cada vez que transcurren 6 segundos. Es necesario determinar previamente a la prueba el pulso normal del perro, ese valor se divide por 10 y será el número a tener en cuenta como pulso normal. Por ejemplo: 90 pulsaciones por minuto 90/10=9 al tomar el ritmo luego del subtest de obligación: en los primeros 6 segundos se cuentan 18 pulsaciones, en los siguientes 6 segundos se cuentan 16 pulsaciones, 6 segundos más se registran 13 pulsaciones, 6 más 10 pulsaciones y 6 segundos más 9 pulsaciones. Es decir que dentro de los primeros 30 segundos el cachorro alcanzó el nivel de 9 considerado como el normal para ese cachorro.

Se debe tomar el ritmo inmediatamente después de realizado cada subtest, salvo en el de atracción social y en el de seguimiento del amo. Los cachorros que recuperan el nivel normal dentro de los primeros 36 segundos son considerados seguros, los que lo hacen hasta el minuto deben ser muy observados, más allá del minuto encuadrarán en el tipo ansioso. Generalmente coincide la calificación por ritmo cardíaco con la puntuación de la prueba, pero de no ser así es más confiable -o por lo menos a tener en cuenta- la del ritmo.

Referencias:

      Study of the Psychology Department at Colorado state University, Dr. William Boyer.
      Work by Ph.D. Gail Clarck, AKC Gazette 8/95.
    La estimulación temprana, trabajo del autor de la nota en Cans & Cat’s Nº 13, 8/96.

 

AUTOR

 

Sergio Grodsinsky